1 hogaza

Nada supera el olor de pan recién hecho. Si paso por un pueblo en donde acaba de salir el pan del horno, encuentro sin problemas la panadería. Tener ese olor en casa me hace increíblemente feliz y por ello siempre ando buscando excusas para hornear, lo que sea. Un muy buen amigo nos invitó a celebrar sus 40, excusa ideal para hornear algo. El único problema es que no le gusta mucho lo dulce sino lo salado. De hecho si lo quieres hacer feliz, le debes llevar cervezas belgas, de esas que tienen un mínimo de 7% de alcohol. Mi intención era hacer un pan tipo rustico que sabe excelente con cerveza y un pedazo de queso cuando me acordé que alguna vez había probado pan de cerveza.
La cerveza tiene levadura y es el ingrediente secreto para hacer pan fácil y sencillo, sin tener que dejar leudar la masa. El sabor del pan va a depender del tipo de cerveza: obscura, clara, amarga, dulcezona, etc. En esta ocasión usé Westmalle Trappist. A la fecha no me he atrevido a probar la receta con cerveza de cereza o durazno (también es belga). Si alguín lo prueba, me avisa.